Takashi Nagai
- Paz Salsamendi
- 24 ago 2023
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«Ni siquiera una bomba atómica puede silenciar las campanas de Dios», escribió Takashi Nagai. Entre los escombros de la catedral de Nagasaki que quedaron luego del terrible 9 de agosto de 1945, la campana fue encontrada intacta y volvió a sonar unos meses después, la noche de Navidad.
Takashi Nagai era médico radiólogo y estaba trabajando en la Facultad de Medicina en Nagasaki cuando cayó la bomba. Hacía tiempo que padecía leucemia, debido a la exposición a radiaciones que implicaba el ejercicio de su profesión en esa época, sin embargo decidió, junto a otros sobrevivientes, dar auxilio, como se pudiera, a los heridos que llegaban arrastrados al lugar, con desesperados "Doctor, sálveme."
Su esposa había muerto también por la bomba. Cuando pudo regresar a su casa halló sus restos carbonizados; tenía su rosario en la mano. Cuenta que se arrodilló, lloró y rezó “Dios mío, te doy las gracias por haberle permitido morir rezando. María, Madre de los Dolores, gracias por haberla acompañado en la hora de la muerte…"
Las radiaciones por la bomba empeoraron su enfermedad. Ya agonizaba, cuando su salud mejoró repentina y milagrosamente. Nagai atribuyó este hecho a la intercesión de Maximiliano Kolbe, a quien había conocido en Nagasaki unos años antes. Medianamente recuperado, siguió su actividad.
Con objetos encontrados entre los escombros de su casa, se construyó un refugio al lado de las ruinas, al que llamaba 'Nyokodo' ("como a ti mismo"), en alusión a la cita bíblica sobre amar al prójimo como a uno mismo. Allí vivió hasta su muerte, en 1951, a los 43 años, acompañado por sus hijos y personas que se acercaban a cuidarlo y visitarlo.
Durante esos años, muy frágil pero a la vez con una fuerza vital insondable, aportó mucho a la comunidad de sobrevivientes: continuó dando clases de medicina, se dedicó a asistir a otros enfermos y heridos, ayudó a reconstruir la catedral y escribió gran cantidad de cartas y textos que fueron parte de su legado para toda la humanidad, como Las campanas de Nagasaki (autobiografía) y Dejando a mis Hijos Amados (cartas para sus hijos).
Sus escritos ubican su nacimiento en 1908 en Izumo, al norte de Japón, en el seno de una familia sintoísta. Una página cuenta el efecto que había tenido en su vida la “última y penetrante mirada" de su madre antes de morir: siendo él aún joven, esa mirada lo había llevado a dudar de la ideología del materialismo de la que "era prisionero", para empezar a intuir que el espíritu del hombre sigue viviendo después de la muerte.
También relatan su posterior traslado a Nagasaki para estudiar medicina, donde leyendo al físico francés Pascal, se sintió motivado a experimentar la fe y la oración, como el científico sugería, para encontrar a Dios. Luego, su decisión de conocer la Biblia y su finalmente concretada conversión al catolicismo, con la especialísima compañía de su esposa Midori.
Tenía muchas razones para odiar: se le había arrebatado su esposa, familiares, pacientes, colegas, vecinos, su ciudad. Sin embargo, de pie ante esa tremenda realidad, eligió el perdón, y con sencillez y convicción, ayudó a muchos a tomar ese camino, sanando heridas y apoyándose unos a otros. Quedan el eco de su vida y la voz de sus escritos para mostrarnos el camino también a tantos otros más...
«Hoy nuevamente he sobrevivido. / Contemplo y saboreo / la preciosa joya de la vida.»



Fr. Paul Glynn's; "A Song for Nagasaki: The Story of Takashi Nagai - Scientist, Convert, and Survivor of the Atomic Bomb" y su versión en español "Requiem por Nagasaki: La historia de Takashi Nagai, converso y superviviente a la bomba atómica."