Recordatorios
- Paz Salsamendi
- 16 ago 2023
- 2 Min. de lectura

Miércoles 11 de la mañana, estación Pueyrredón del subte D en Buenos Aires. Mientras esperaba la entrada del tren al andén empecé a escuchar que alguien cantaba a capela y con voz potente
Tu fidelidad es grande
Tu fidelidad incomparable es.
Nadie como tú, bendito Dios.
Grande es tu fidelidad 🎶🎵
Caminé en dirección a la voz y encontré que la música venía de un señor grande y alto que estaba de pie en una curva del andén apoyado en un bastón blanco de persona no vidente. Me acerqué y canté un poquito con él, aunque no estaba a su altura - ni en talla, claro, ni en el tamaño de su testimonio.
Viajé con su canción y con la fuerza de lo que hacía: en la realidad oscura y ruidosa de una estación de subte, su canto era como un recordatorio de que Dios está, nos sostiene y es siempre fiel a su promesa de permanecer con nosotros. Aún cuando toca vivir momentos de oscuridades y ruidos, no nos abandona.
«Me he dado cuenta de que Dios nos ha prometido sólo que estará con nosotros; Dios no promete éxito, salud, larga vida; pero ha prometido que estará con nosotros en todo lo que la vida nos depare. Semejante fidelidad a lo largo de los siglos, trae lágrimas a mis ojos.» [William Barry, SJ (1930 - 2020)]
Desde su origen, como muestra la Biblia y la historia posterior, el pueblo de Dios ha experimentado siempre la fidelidad de Dios. También nosotros podemos experimentarla. En una oportunidad el Papa Francisco dijo así:
«Dentro de los pliegues de eventos personales y sociales que a veces parecen marcar el naufragio de la esperanza, es necesario permanecer confiados en el actuar tenue pero poderoso de Dios. Por eso, en los momentos de oscuridad y de dificultad nosotros no debemos desmoronarnos, sino permanecer anclados en la fidelidad de Dios, en su presencia que siempre salva. Recordad esto: Dios siempre salva. Es el salvador.» [Ángelus, 17 junio 2018]
Se ve que yo necesitaba un recordatorio adicional ese día, porque al salir del subte vi esta imagen, en la que otras veces no había reparado, que también me 'habló' de fidelidad:

Pensé que María, como todos, vivió muchas oscuridades, cosas difíciles que no comprendía. Y ante ellas, mantuvo siempre su corazón alineado al de Jesús. ¿Cómo? Seguramente porque recordaba con gratitud cómo Dios la había salvado a ella y a su pueblo en el pasado, y se aferraba a Su promesa de que lo volvería a hacer.
También María está siempre presente y nos ayuda a vivir confiados en que es posible vivir con esperanza, porque Dios es fiel. 💙
" ... permanecer anclados en la fidelidad de Dios, Dios siempre salva. Es el salvador.»